El Alzheimer y los niños
La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia entre las personas mayores. La demencia es un trastorno cerebral que afecta gravemente la capacidad de una persona de llevar a cabo sus actividades diarias.
El Alzheimer comienza lentamente. Primero afecta las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. Las personas con el mal pueden tener dificultades para recordar cosas que ocurrieron en forma reciente o los nombres de personas que conocen. Un problema relacionado, el deterioro cognitivo leve, causa más problemas de memoria que los normales en personas de la misma edad.
Con el tiempo, los síntomas del Alzheimer empeoran. Las personas pueden no reconocer a sus familiares. Pueden tener dificultades para hablar, leer o escribir. Pueden olvidar cómo cepillarse los dientes o peinarse el cabello.Más adelante, pueden volverse ansiosos o agresivos o deambular lejos de su casa. Finalmente, necesitan cuidados totales. Esto puede ser muy estresante para los familiares que deben encargarse de sus cuidados.
El Alzheimer suele comenzar después de los 60 años. El riesgo aumenta a medida que la persona envejece. El riesgo es mayor si hay personas en la familia que tuvieron la enfermedad.
¿Es la demencia una enfermedad mental?
No, más bien es una enfermedad del cerebro. El cerebro es como si fuera nuestro control maestro, nuestro control central: todo lo que hacemos, decimos y pensamos es controlado por nuestro cerebro. Cuando el cerebro está mal, enfermo o dañado, entonces tenemos problemas con todas nuestras acciones o cosas que hacemos, como son el recordar, hablar, comprender, aprender o adquirir nuevas habilidades, poder caminar y muchas cosas más.
La enfermedad y los niños
Cuando el niño empieza a ser consciente de los cambios que se producen en el abuelo, de su comportamiento extraño, de su pérdida de facultades, de su progresivo deterioro, es necesario explicarle qué es lo que le pasa al abuelo. El abuelo tiene Alzheimer, una enfermedad que hace que el cerebro vaya olvidándose de las cosas.
Es muy importante hacerle ver al niño que su abuelo no está loco aunque se esté comportando de una forma extraña, que hay que cuidarle mucho porque no recuerda dónde vive y se olvida de los recados. Puede que se olvide hasta de cómo hay que vestirse. No pasa nada porque haya llegado el momento de tener que cuidar del abuelo, después de una vida entera en la que él ha cuidado de nosotros.
Que el abuelo tenga Alzheimer, no significa que el niño ya no pueda pasar tiempo con él. Las cosas han cambiado, pero sigue siendo su abuelo y el niño puede compartir con él tareas sencillas y que no impliquen responsabilidad, como regar las plantas, o caminar de la mano cuando salgáis todos juntos a dar un paseo. También conviene reforzar en el niño la idea que su abuelo no ha dejado de quererle, sino que ahora está enfermo y necesita su presencia más que nunca.
Lo importante es que el niño siga considerando a su abuelo como una figura fundamental en la familia. Hay que tener en cuenta que los niños imitan el comportamiento de los adultos. Si ve que los adultos de la familia siguen dándole mucho cariño al abuelo, el niño también lo hará. Entre todos podéis hacer que el peso de esta enfermedad sea más llevadero, si os tomáis la situación con naturalidad y le transmitís seguridad al niño.
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