Antes de nada daros la bienvenida y agradeceros vuestro tiempo dedicado a leernos. Mi intención es poder compartir con vosotros vivencias, conocimientos sobre esos pequeños de casa que nos llenan de vida. 

En mi caso, tengo tres tesoros y he pasado por varias situaciones que quizás os pueda servir de ayuda. Me encantaría que tanto embarazadas, mamis, papis... Comentarais y compartierais con nosotros vuestras experiencias o si tenéis algún tema en concreto que os interese ¡solo tenéis que comunicarlo!

Dicho esto... mi primera entrada tratará de ese sentimiento que tenemos hacia nuestro hij@.

¿Cómo se puede querer tanto a ese ser tan pequeñito? ¿A que os habéis preguntado eso alguna vez? Seguro que sí.  Y es que es un sentimiento indescriptible e imposible de cuantificar.

El primer sentimiento aparece cuando ves en ese predictor los dos palitos marcados o cuando tu doctor te confirma por analítica que estás embarazada, es allí cuando empieza esa sensación de cosquilleo que sube por el estómago, aparecen nervios, emoción... es parecido al enamoramiento, y es que sin ser conscientes nace un sentimiento que día a día irá creciendo. Desde ese momento, no puedes dejar de pensar en tu pequeñín, te vienen mil dudas, cien mil miedos; ¿Seré buena madre? ¿Puedo comer carne? ¿Si tomo el sol es malo para el bebé?  y entre esas mil dudas, tu pareja te mira de reojo como si estuvieras paranoica... pues claro que serás buena madre, ¡serás la mejor!

¡Llega el día de la primera eco! nervios, quizá esa noche ni has dormido deseando la hora de la visita. Ya en la sala de espera, la enfermera dice tu nombre (¡Madre mía, me llama a mí!), te ponen en la camilla y te ponen el gel frío en la parte baja de la barriga y... ¡¡¡TACHAN!!! ¡Una bolita dentro de un saquito aparece en la pantalla! es tu peque, pero la emoción viene cuando activan el sonido y escuchas por primera vez su corazoncito con esa fuerza, ese instante es tan especial que seguramente llores de emoción.

A las semanas volvemos a tener visita para la siguiente ecografía, y allí ya podemos ver como sus mini piernas y sus bracitos se mueven y todo él da botecitos. De esa visita salimos embobadas, ¡Se mueve! que cosita... Que ganas entran de tenerlo en brazos, abrazarlo. Pero aún queda un poquito, ese tiempo se nos hace taaan largo, porque para mí, igual que para muchas mamis el embarazado consta de 9 meses pero que desglosados son: 8 meses y el último mes te das cuenta de que dura 1 año, ¿o no? Pero ese día llega, y es allí donde conoces al amor de tu vida, ese momento en el que lo coges y no existe nada más, lo miras, lo arropas... ese vínculo madre e hij@ que se crea es algo mágico, y no solo para mamis primerizas, esto os pasará con cada embarazo y cada parto porque cada uno es especial y ¿sabéis por qué? Por qué no hay un amor más puro y grande que el de un hijo.